Nota publicada: 2025-01-28
Conoces el poder de los hábitos atómicos? Descubre cómo pequeños cambios generan grandes resultados.
¿Podría la almohadilla del asiento de un ciclista determinar su desempeño? ¿Tanto como para ganar un Tour y mejorar exponencialmente sus resultados deportivos?
La respuesta es sí, si este minúsculo cambio se une a otros muchos como rediseñar los asientos, aplicar alcohol a las ruedas para aumentar su tracción, utilizar mallas con sistemas eléctricos de calentamiento para mantener la temperatura muscular ideal, controlar con sensores la respuesta a los entrenamientos de cada ciclista, probar tejidos más ligeros y aerodinámicos… incluso pintar de blanco el interior del camión que transportaba las bicicletas para detectar las partículas de polvo.
Son mejoras que en 2003 puso en marcha el nuevo director del equipo de ciclismo británico, Dave Brailsfor. Y con ellas logró que un equipo que en cien años no había conseguido un sólo éxito en los Juegos Olímpicos o cuyos miembros no habían brillado en el Tour de Francia lograra, entre 2007 y 2012, 178 medallas en campeonatos mundiales, 66 medallas olímpicas y paralímpicas y cinco victorias en el Tour de sus corredores.
Cambios minúsculos, aplicados de forma simultánea, con una idea de fondo: un 1 % mejor cada día. El ejemplo de Brailsfor sirve de punto de partida para la propuesta del escritor estadounidense James Clear. Su libro, Hábitos atómicos, parte de las definiciones de “atómico” (fuente inmensa de energía o de poder) y de “hábito” (rutina o práctica que se realiza de forma regular), y ha sido el más vendido en la lista del New York Times con más de quince millones de ejemplares editados.