La conversación sobre la pelea entre Omar Chávez y Misael Rodríguez pasó por instantes a segundo plano con la presencia del ex campeón mundial Julio César Chávez en la conferencia de prensa, ates del combate de mañana en San Luis Potosí, pactado a 10 episodios en peso supermediano.

El ídolo mexicano, a quien las multitudes no cesan de prodigarle cariño donde se presenta, estuvo con su hijo durante el evento, a quien sigue la polémica por la cancelación del primer enfrentamiento entre ambos en octubre de 2024, debido a que registró un peso mayor al pactado a la hora de subir al ring.

“Estoy muy motivado de ganarle a Misael, tuve la mejor preparación de mi vida. Por cierto, Chino, te manda saludos tu último rival, con el que te pasaste siete libras y no dijiste nada. Yo sí di el peso la otra vez y lo volveré a dar, ahora te voy a noquear por hablador y por referirte a nosotros como la mafia de los Chávez”, declaró un enfadado Omar.

Con el antecedente de la báscula en contra del menor de los Chávez, Chino Rodríguez, quien ante las grandes expectativas no ha conseguido brindar las actuaciones esperadas desde el bronce que consiguió en los Juegos Olímpicos de Río 2016, consideró que esta pelea será crucial para su carrera.

Estoy muy emocionado, dicen que hay que trabajar duro para que tus ídolos sean tus rivales, en este caso no puedo pelear con el señor Chávez pero tendré que subir al ring con uno de sus hijos y después de esto se pueden venir cosas grandes para mí, pues tengo una buena edad para llegar a los combates importantes, agregó.

Julio César Chávez argumentó que Misael no tuvo razones para negarse a subir al cuadrilátero con su hijo, pues había dado el peso en la báscula y le pidió que no pusiera pretextos.

Omar Chávez tiene un registro de 41 victorias, 28 por nocaut y ocho derrotas, mientras que Chino cuenta con sólo 14 triunfos sin descalabros.

“Con todo respeto, el Chino debe dejarse de pendejadas. A Omar no le importa si Misael sube de peso, pues es consciente de que se debe hidratar y comer. ¿Imagínense si en todas las peleas de campeonato del mundo que tuve hubiera puesto cláusulas? Me enfrentaba a oponentes más fuertes que yo, a los cuáles en el pesaje los veías flaquitos y al otro día te los cambiaban . ¿Por qué se van a poner condiciones?”, comentó el ídolo mexicano, mientras sin micrófono, Rodríguez de forma burlesca decía ay si, papi, papi, a lo que el ex campeón respondió: con todo respeto, se me hace que te vamos a chingar.

El campeón no va a pelear

Con el transcurso de la conferencia y la atención de los medios con el ídolo mexicano, Rodríguez expresó su inconformidad por el excesivo foco en el padre de su rival. ¡El campeón no va a pelear! ¡Venimos a pelear Omar y yo! ¿Hay algo para nosotros?

Luego de la cancelación del primer combate en octubre, la promotora Zanfer emitió un comunicado en el que responsabilizó a Rodríguez de que no se realizara la contienda, al alegar puntos no contenidos en las cláusulas del contrato, referentes al peso pactado para el encuentro, señala el documento. La empresa contrató el servicio de la Comisión de Boxeo de la Ciudad de México (Combox) para aplicar el reglamento al que se acogió el Chino Rodríguez, según las declaraciones de este último.

La Combox explicó días después cómo es el reglamento de ese organismo y por qué se aplica de este modo para entender lo que sucedió aquella noche en Pachuca. Indicó que de acuerdo con esas reglas, Rodríguez estaba en su derecho de negarse a pelear.

Antes del pesaje oficial, a todos los boxeadores y sus equipos se les informó de manera clara que serían sometidos al peso arena (en el lugar de la función antes de los combates) y que sólo podían rebotar no más de cuatro kilogramos en algunas divisiones y 4.5 en las más grandes, expuso la comisión y aclaró que el Chino sí cumplió con esa exigencia, mientras Omar Chávez no quería pesarse otra vez.

La regla del peso arena la estableció la comisión de box capitalina para evitar los casos de boxeadores que luego de cumplir con el pesaje oficial, un día después llegaban al cuadrilátero hasta con 10 kilos de más, como ocurrió con el menor de los Chávez.