Nota publicada: 2024-11-07
El camino del emprendimiento está lleno de retos, pero uno de los más importantes es el paso de emprendedores a empresarios rentables. Las etapas por las que transita un empresario son cruciales para definir su éxito y la viabilidad de su negocio. En momentos iniciales del trabajo empresarial se encuentran los emprendedores, cuyo trabajo consiste en identificar oportunidades de negocio atractivas y validar si la solución que él o ella proponen tiene posibilidad de generar negocio.
El emprendedor evoluciona en la medida que, al enfrentar diferentes retos, valida distintos elementos de su modelo de negocio. Podemos decir que el emprendedor hace empresa, es decir, se convierte en empresario, cuando construye la organización que aprovechará y crecerá el modelo de negocio que ha podido validar.
Validación y escalabilidad: El camino para convertirte en un empresarios rentables
La evolución a empresario demanda mucha experimentación y flexibilidad, ya que transitar las etapas de validación generará ajustes rápidos o incluso una reestructuración completa de la solución o modelo de negocio inicialmente considerado.
1. La etapa inicial: justificar tu razón de existir como emprendedor
En esta primera fase, el emprendedor debe plantear de manera clara tanto su base de diferenciación, como su hipótesis de valor para poder validaras posteriormente. Aquí, el reto principal es entender muy bien el escenario competitivo y las opciones que hoy tienen los clientes potenciales del emprendedor, y poder justificar la manera en la que él o ella, a partir de su solución, será capaz de capturar un espacio de mercado.
Esta validación implica realizar una serie de pruebas para comprobar que la solución es capaz de despertar el interés de clientes que estén dispuestos a pagar, lo cual sucederá sólo si se articulan, de manera clara y contundente, los atributos que de valor que el cliente ponderará para elegir la solución del emprendedor.
¿Y tu propuesta de valor?
Muchos emprendedores fracasan en esta etapa buscando la perfección en versiones insipientes de la solución, o considerando demasiados atributos de valor, haciendo más compleja la solución, y evitando que, de manera rápida y barata, se puedan llevar a cabo pruebas de uso en entornos reales.
¿Qué tan clara es tu propuesta de valor? ¿Qué tan distinta es a las opciones existentes? ¿De qué manera puedo validar que estos diferenciales de valor son apreciados por clientes potenciales?
2. La etapa transaccional: alineación de la solución con un segmento de mercado
Quién participa en una prueba de uso no es un cliente. Un cliente es aquel que encuentra, evalúa, elige y paga por la solución. Esta concatenación de acciones es necesaria para poder decir que el emprendedor ha logrado una transacción.
El trabajo de validación en esta etapa es inmenso, ya que implica aprender y decidir gradualmente sobre muchos elementos clave del modelo de negocio, en los que no se sabe que va primero y que va después. El típico problema del huevo y la gallina.
Por ejemplo, al desagregar el conjunto de transacciones se puede ir entendiendo mejor el segmento real de clientes, y si estos clientes transaccionaron con la empresa, es porque lograron encontrar y elegir la solución.
¿Qué condiciona la masa de transacciones que podemos analizar? Puede ser la elección de canales, es decir los medios por los que el cliente encontró la solución. Otra condicionante puede ser el precio, un atributo diferenciador que facilita la elección. Otra es el entendimiento que el cliente tuvo de la solución.
Los empresarios rentables no “disparan a todo lo que se mueva”
Entre más vueltas se le da al ciclo transaccional del emprendedor, y más y más clientes parecidos lo accionan, estamos validando que la solución y el mercado objetivo están haciendo “fin”. El éxito se hace menos probable cuando los emprendedores “disparan a todo lo que se mueva.” Mucho tiempo y recursos se desperdician cuando no se ha logrado conectar con el segmento adecuado, aquel que valora la propuesta del emprendedor.
¿Tengo información suficiente para identificar un perfil de cliente? ¿Tengo claridad de qué medio de contacto es más eficaz para atraer clientes del perfil que me interesa?
Ya que el emprendedor ha validado su modelo de negocio y ha logrado captar clientes iniciales, la siguiente fase implica la construcción y expansión de una base de clientes.
Para ello es necesario plantearse dos preguntas clave: ¿mi solución tiene suficiente demanda para escalar, y reproducirse? y ¿es financieramente viable para crecer?
A medida que se avanza en la consolidación, el empresario debe decidir si pivota el enfoque, si ajusta la oferta o si continúa con la expansión en busca de una rentabilidad sostenible.
3. La fase de crecimiento: escalabilidad y rentabilidad
Lograr una alineación exitosa entre un segmento de clientes y la solución del emprendedor no es garantía de supervivencia para un emprendimiento.
La fase que sigue implica trabajar en la consolidación y expansión de una base de clientes de manera sostenible, es decir, ganando dinero. Esta fase requiere de información y decisiones que permitan incidir en factores económicos de cada transacción, por ejemplo: la reducción del costo de adquisición de clientes, aumento en la frecuencia o en el valor de cada transacción, o el tiempo durante el cual el cliente pagará por la solución.
El cuidado de los factores económicos antes descritos es fundamental para abonar en la validación del modelo de negocio del emprendimiento en cuestión.
El temible “valle de la muerte”
Complementariamente a económicos sanos de transacción, en esta fase es crucial sobrevivir al “valle de la muerte”, el proceso de descubrir si la solución es capaz de escalar más allá del segmento de clientes iniciales, siendo atractiva a una base mayor de clientes. El fracaso es altamente probable para aquellos emprendedores que apuestan por crecer sin bases ni evidencia de creación de riqueza en cada transacción.
¿Entiendo los económicos de mi modelo de negocio? ¿Gano dinero con cada transacción? ¿Con qué clientes gano más o menos dinero y por qué?
Es aquí, donde económicos sanos y grandes volúmenes de clientes se encuentran, donde el emprendedor se validará como empresario: creando una empresa capaz de eficientar y escalar el negocio que ha descubierto en su emprendimiento.
Oportunidades y retos para emprendedores y empresarios
Para los emprendedores en etapas iniciales, la innovación y la creatividad son claves en el proceso de validación del modelo de negocio. Necesitan experimentar con rapidez, encontrar segmentos de clientes desatendidos y ser flexibles para ajustar su rumbo.
Para los empresarios consolidados, el enfoque cambia hacia la eficiencia y la escalabilidad; donde se requiere optimización de procesos, la atracción de talento clave y la profesionalización de la estructura organizacional.
El tránsito de la validación al crecimiento para ser empresarios rentables
El recorrido de un emprendedor hacia convertirse en un empresario exitoso no es lineal ni sencillo. Cada fase requiere habilidades, enfoques y estrategias diferentes, y es fundamental que los emprendedores sepan identificar el momento en el que se encuentran para saber cuál debe ser su enfoque estratégico del momento.
En definitiva, reconocer las fases del desarrollo empresarial y adoptar una mentalidad flexible y ágil son los primeros pasos para construir una empresa exitosa y resiliente.