Tegucigalpa. La presidenta saliente de Honduras, Xiomara Castro, denunció ayer un “golpe” contra su gobierno tras la liberación del ex presidente Juan Orlando Hernández (2014-2022), condenado en Estados Unidos a 45 años de prisión por narcotráfico e indultado por el mandatario Donald Trump, como parte de su apoyo al candidato Nasry Asfura, del Partido Nacional, cuyo líder fue el ex gobernante convicto.

El Ministerio Público hondureño reveló audios presuntamente del ex presidente Hernández, en los cuales instruye a un interlocutor “aceptar” los resultados de la elección presidencial del 30 de noviembre, que dan 40.52 por ciento de los votos a Asfura y 39.20 al candidato liberal, Salvador Nasralla, y rechazar el conteo voto por voto que pide el segundo, en un contexto de estancamiento de la difusión de los resultados oficiales, entre denuncias de fraude.

También promete “hablar de otros temas cuando proclamemos a Nasry Tito Asfura presidente”.

Castro acusó a Hernández, “a partir de información de inteligencia verificada”, de planificar “su ingreso al país para proclamar al ganador de las elecciones (...), una agresión orientada a romper el orden constitucional y democrático a través de un golpe contra el gobierno”, cuando aún falta un escrutinio especial de al menos 2 mil 792 actas con inconsistencias, según el Consejo Nacional Electoral.

Concentración para defender el mandato popular

La mandataria llamó a sus seguidores a “concentrarse de manera urgente y pacífica en Tegucigalpa para defender el mandato popular, rechazar cualquier intento golpista y hacer visible ante el mundo que aquí se gesta un nuevo golpe”.

Hernández aseguró en redes sociales que no tiene “intención de regresar a Honduras en este momento” porque su seguridad “estaría en grave riesgo”.

La semana pasada, el fiscal general Johel Zelaya, pidió a Interpol cumplir una orden de captura contra Hernández, librada en 2023 por “lavado de activos y fraude”.

En este contexto, al menos ocho personas resultaron heridas cuando la policía desalojó la noche del lunes a militantes del gobernante partido Libre, que protestaban frente al centro de resguardo del material electoral en Tegucigalpa, convocados por su líder, el ex presidente Manuel Zelaya, esposo de Castro y derrocado en 2009 en un golpe apoyado por Washington.