Nota publicada: 2025-10-14
París. — El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, anunció que propondrá ante el Parlamento la suspensión de la reforma de pensiones aprobada en 2023, con el fin de evitar la caída de su gobierno. La norma polémica establecía el aumento de la edad de jubilación de 62 a 64 años.
Durante un discurso en la Asamblea Nacional, Lecornu dijo que la reforma quedará “pausada” desde este otoño hasta las elecciones presidenciales de 2027. Aclaró que no habrá nuevo aumento de la edad de retiro hasta enero de 2028.
La medida responde a la presión política: partidos de izquierda, especialmente los socialistas, exigieron la suspensión como condición para abstenerse o no apoyar una moción de censura que será debatida el jueves. Si esos apoyos se suman a la izquierda radical o a la ultraderecha, el gobierno corre el riesgo real de derrumbarse.
Lecornu advirtió que esta suspensión tiene un costo financiero: unos 400 millones de euros en 2026 y 1,800 millones en 2027. Por ello, dijo que deberá compensarse mediante recortes o ajustes presupuestarios. Insistió que no busca “suspender por suspender”, sino estabilizar el rumbo del país sin dañar la credibilidad fiscal.
El primer ministro reafirmó que cualquier reforma futura del sistema de pensiones será discutida primero con interlocutores sociales (sindicatos, empresarios) y que su contenido se someterá al Parlamento.
La tensión política en Francia es máxima. Lecornu enfrenta dos mociones de censura: una presentada por la izquierda radical (La Francia Insumisa) y otra por la derecha ultraderechista (Reagrupamiento Nacional). Ni uno solo de esos bloques puede, por sí mismo, tumbar al gobierno, pero pueden lograrlo si se suman fuerzas disidentes.
Este inesperado viraje sobre la reforma deja en evidencia lo inestable del gobierno francés y la fragilidad del mandato de Macron, cuya apuesta estructural parece tambalear.