
Nota publicada: 2025-04-01
Madrid. Una nueva supertierra, que orbita una estrella algo más fría que nuestro Sol a 218 años luz de distancia, tiene características físicas en la zona de transición entre planetas rocosos y gaseosos.
El hallazgo de TOI-512 b se produjo combinando los datos del telescopio espacial TESS de la NASA y el espectrógrafo ESPRESSO, considerado el más preciso del mundo, que está instalado en el VLT (Very Large Telescope) del ESO (European Southern Observatory), en Chile.
En nuestro sistema solar, los planetas rocosos más grandes son la Tierra y Venus. Los planetas gaseosos más pequeños son Urano y Neptuno, con masas 14,5 y 17,1 veces superiores a la de la Tierra, respectivamente. No existe ningún planeta con una masa entre la de la Tierra y la de Urano. Sin embargo, el análisis de la población de exoplanetas muestra que los planetas con masas entre 3 y 10 veces la de la Tierra se encuentran entre los más abundantes de nuestra galaxia. Debido a la falta de conocimiento sobre su verdadera naturaleza, los llamamos supertierras cuando su densidad es cercana a la de la Tierra (probablemente sean rocosos), o minineptunos cuando su densidad es cercana a la de Neptuno (probablemente sean gaseosos).
Un cubo de 1 cm de material de TOI-512 b pesa 5,62 gramos, cerca del peso de la Tierra (5,51 gramos). Por lo tanto, es una supertierra, con una masa 3,5 veces mayor que la de la Tierra y un radio 1,5 veces mayor. Orbita su estrella de tipo K, ligeramente más fría (5.000 grados Celsius) que nuestro Sol, en poco más de 7 días terrestres. Estas características físicas sitúan a TOI-512 b en la zona de transición entre planetas rocosos y gaseosos, entre la población de exoplanetas.
"La precisión de ESPRESSO ha sido crucial para caracterizar la composición de TOI-512 b. Es una pequeña adición a la ya larga lista de planetas conocidos, pero estos descubrimientos son esenciales para mejorar nuestra comprensión de los mecanismos de formación y evolución planetaria. Se necesitarán muchos más para convertir nuestras hipótesis en certezas científicas", concluye en un comunicado José Rodrigues, estudiante de doctorado del Instituto de Astrofísica de Oporto y primer autor del descubrimiento.