• Hermosillo, Sonora, México a     |  Año 29 No. 11    

Los fármacos desechados

Dr. César Alvarez Pacheco / [email protected]




Nota publicada: 2025-03-16

Los fármacos desechados

 

Los fármacos caducados deben ser objeto de una estricta vigilancia sanitaria, ya que además de los posibles efectos indeseables sobre la salud asociados con su consumo, derivados de la potencial degradación de sus componentes, también constituyen una fuente de contaminación de suelos, ríos y aguas superficiales cuando no son desechados adecuadamente. ¿Tendrán manejo adecuado?

 

Aunque el manejo y disposición final de fármacos caducos como residuos peligrosos está regulado por cinco leyes generales, siete NOMs así como por otras disposiciones legales que involucran directamente a las Secretarías de Salud y de Recursos Naturales, en la práctica no existen datos oficiales que permitan conocer con precisión tanto el volumen total de estos productos como los costos económicos que implica su desecho y eventual destrucción, de acuerdo con los resultados de una investigación publicada en la revista Salud Pública de México. La investigación analizó la normatividad aplicable en esta materia, así como la disponibilidad de datos obtenidos de diversas fuentes institucionales y gubernamentales a nivel federal, estatal y municipal para valorar el volumen, disposición final y costo económico asociado con la disposición de estos productos farmacéuticos. Cuando la Organización Mundial de Salud ha llamado a los gobiernos a implementar un estricto control de los desechos sanitarios, incluidos los fármacos caducos, en México no hay un acercamiento sistemático e integral a esta problemática. Tampoco existen cifras oficiales que den cuenta del volumen total de los que son desechados; tan solo una estimación de la Secretaría de Salud señala que la cantidad podría ascender a 200 millones de unidades cada año. Para proveer este tipo de servicios a particulares existe el Sistema Nacional de Gestión de Residuos de Envases y Medicamentos, una asociación civil sin fines de lucro ligada a la industria farmacéutica que opera desde 2007 a través de contenedores ubicados en algunas farmacias y puntos estratégicos en el país. Aunque tiene presencia en varios estados y dispone de estadísticas parciales sobre generación y destrucción de estos productos farmacéuticos, aún no tiene cobertura nacional. Asimismo, partiendo de los datos de estudios previos, los cuales han encontrado que solo alrededor de 30% de la población desecha los fármacos en forma adecuada, estimaron, mediante una proyección, que el costo total por el desperdicio de estos fármacos antiinflamatorios y analgésicos en la capital del país rondaría el medio millón de dólares anualmente. Se registró que casi 90% de las unidades que registraron estaban caducas y 69% se mantenían completas sin usarse, es decir, ni siquiera habían sido abiertos sus empaques. Alrededor de 30% procedían del sector privado y 60%, del público. Una parte de esta acumulación de fármacos podría explicarse, según el estudio, por la prescripción innecesaria que ocurre tanto en el sector público como privado; la falta de adherencia terapéutica de los pacientes, así como por la automedicación en que incurren muchos de ellos. Esto puede ser muy peligroso no solo para los adultos que eventualmente decidan reutilizarlos, sino también para los niños. De igual manera se destaca que según datos de la Red Iberoamericana de Programas Posconsumo de Medicamentos, la cantidad de contenedores que existen por cada 100,000 habitantes es muy dispar, ya que mientras Portugal tiene 62.4 y España 45.6, en el caso de Latinoamérica, Colombia cuenta con 4.2 y México con 3.4. A decir del estudio, estas cifras muestran que en el país no se dispone de una infraestructura de distribución de residuos amplia, lo que de antemano sugiere qué líneas de acción deberían emprenderse.

 

Para el manejo de los residuos, podría utilizarse la logística inversa aplicada en los dos países de Europa mencionados, donde los mismos laboratorios farmacéuticos que distribuyen fármacos se encargan de recogerlos y procesarlos cuando ya no son usables. Esto no pasa en México, pues aquí no están incluidos todos los laboratorios ni participan prácticamente para nada en el sistema de eliminación. Lo que tendría que buscarse es que se cumpla con la normatividad; estandarizar la forma de reportar (los productos desechados) e intentar que haya un sistema de gestión de calidad que incluya la sostenibilidad, de manera que toda la cadena de producción de fármacos, desde la fabricación y compra hasta la eliminación, esté claramente integrada y gestionada. Se requiere es aplicar políticas públicas y especialmente políticas farmacéuticas adecuadas en las entidades y organismos responsables de gestionar estos fármacos, tanto a nivel federal como local. Pero estas medidas deben ir de la mano con la difusión de información y la participación de varios gremios, incluido el farmacéutico, que no está tan presente en el sistema de salud, aunque ya fue reconocido como parte de él desde hace tres años. Huecos que faltan de llenar con un poco de conocimientos y voluntad, course.

Dr. César Álvarez Pacheco 

[email protected] 

@cesar_alvarezp 

Huatabampo, Sonora

 



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