• Hermosillo, Sonora, México a     |  Año 29 No. 11    

Las etiquetas contra las calorías

Dr. César Alvarez Pacheco / [email protected]




Nota publicada: 2025-03-02

Las etiquetas contra las calorías.

 

La obesidad es un problema de salud que le cuesta México el 5.3% del producto interno bruto al afectar a tres de cada cuatro mexicanos, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Hemos visto en tiendas d conveniencia que cada vez es más frecuente que los jóvenes vean el contenido de sus alimentos y ser cautelosos a la hora de adquirirlos, pero ¿funciona?

 

La nueva Norma Oficial Mexicana 051, premiada por Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud, combate con advertencias frontales en envases la epidemia de obesidad de México con etiquetas en forma de octágonos negros que alertan sobre “exceso de calorías” u otras sustancias como azúcares, sodio y grasas, y la presencia de edulcorantes. El modelo, muy criticado por la industria de alimentación, se basa en uno adoptado en 2016 por Chile, donde cayó 25% la compra de bebidas azucaradas, 17% la de postres envasados y 25% el contenido promedio de azúcares en los productos, según un estudio de la Universidad de Chile y el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). Las etiquetas calóricas en productos alimentarios y cartas de menú dan lugar a una disminución "pequeña, pero consistente" de las calorías en los alimentos que seleccionan y consumen las personas, según una nueva revisión Cochrane que recopiló la evidencia de 25 estudios. La reducción media fue de 1,8 % en la energía seleccionada, lo que equivaldría a 11 calorías en una comida de 600 calorías, o alrededor de 2 almendras o 3 aceitunas, aunque podría tener efectos significativos si se mantienen a largo plazo. Según estudios, muestran que la mitad de los mexicanos aseguró entender mejor el nuevo etiquetado frontal de los alimentos procesados y refrescos implantado en el país desde el 1 de octubre del 2020. El nuevo etiquetado, con frases como “Exceso de grasas” o “Exceso de calorías” y una presentación muy clara, ha ayudado a mejorar la comprensión del 50% de la población sobre los alimentos, mientras un 19% consideró que la norma no le ha hecho entender mejor la información nutricional. Mientras que el porcentaje restante no sabe o no contesta. También el 50% aseguró que esta manera de presentar las características de los productos le ayuda más a tomar una decisión de compra, por un 25% que no considera este etiquetado de mayor ayuda para decantarse por un alimento u otro. El 37% de los encuestados dijo revisar siempre o la mayoría de veces el etiquetado de los alimentos y bebidas antes de adquirirlos, aunque el 35% contestó que rara vez o nunca lo hace. Las nuevas alertas nutricionales ayudarán a reducir la obesidad infantil según el 46% de las respuestas y la obesidad en adultos según el 45% de los participantes. Asimismo, el etiquetado contribuirá, para el 42% de los consultados, a mejorar los índices de México en hipertensión y diabetes, y un punto menos (41%) opinaron que ayudará también a atajar las enfermedades del corazón. Sin embargo, una gran mayoría del sondeo, el 64%, señaló que la mejor estrategia para hacer que México abandone la cabeza mundial en obesidad infantil y la segunda plaza en obesidad está en la enseñanza de mejores hábitos alimenticios. Hay algunas pruebas de la introducción de políticas de etiquetado de calorías que sugieren que las personas todavía solo se fijan en la información sobre calorías alrededor de un tercio del tiempo, por lo que la mayoría ni siquiera la notan. Para tener un impacto más profundo en el cambio de comportamiento, no basta con proporcionar información y números, sino que también se debe trabajar en modificar los entornos alimentarios físicos y económicos que nos rodean, Lo ideal sería introducir el etiquetado de calorías y además un conjunto más amplio de enfoques que incluyan aquellos que imponen más responsabilidad a la industria que a los individuos, como impuestos, restricciones de comercialización y la provisión de una mejor combinación de alimentos más saludables disponibles en relación con las opciones menos saludables.

 

Considerando el problema epidemiológico, no se quiere disminuir solamente las calorías, sino intentar mejorar el patrón alimentario de la población. Las enfermedades crónicas no transmisibles que guardan estrecha relación con la mala alimentación se deben a un exceso de nutrientes críticos y esto es el resultado de una amplia disponibilidad y asequibilidad de alimentos procesados y ultraprocesados que son altamente adictivos. Existe evidencia contundente de que el etiquetado frontal de advertencia tiene el impacto de reducir el consumo de alimentos procesados y ultraprocesados con al menos un sello de advertencia.

Dr. César Álvarez Pacheco

[email protected]

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora

 



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