• Hermosillo, Sonora, México a     |  Año 29 No. 11    

Nepotismo, reelección y ocurrencias

Bulmaro Pacheco / [email protected]




Nota publicada: 2025-03-02

Nepotismo, reelección y ocurrencias

Bulmaro Pacheco.

 

La relación familiar entre gobernadores de los estados no es nueva en México. A lo largo de la historia ha tenido que ver con las relaciones de poder que se han formado en las entidades federativas y de los grupos que han ostentado fuerza para establecer dominios en estados y municipios.

Los cacicazgos políticos son muy antiguos y las sucesivas reformas hechas al sistema político mexicano no los han desaparecido, solo atenuado. El fenómeno ha evolucionado en lugar de desaparecer, sin distinción de partidos políticos ni de proclamas democráticas. Ya no son de dominio pleno como antaño, pero se han registrado nuevas expresiones que los desnudan.

Familias completas en el poder, el poder económico dominante sobre el poder político, la delincuencia organizada moviendo sus hilos políticos para ganar espacios regionales y diversas formas de dominio que también reflejan control económico y político en amplias regiones de México. La política siempre acechada por esos grupos y en muchas ocasiones domesticada y puesta al servicio…

El general Lázaro Cárdenas del Río fue gobernador de Michoacán en un par de ocasiones: en 1920 y en el período 1928-1932, y su hermano Dámaso gobernó la entidad de 1950 a 1956. Su hijo Cuauhtémoc Cárdenas cubrió el período de 1980 a 1986; y su nieto Lázaro Cárdenas Batel gobernó del 2002 al 2008.

El general Plutarco Elías Calles fue electo gobernador de Sonora para el período 1915-1919, y su hijo Rodolfo Elías Calles Chacón fue electo para cubrir el período de 1931 a 1935.

En Tamaulipas, Américo Villarreal Guerra gobernó por el PRI de 1987 a 1993, y su hijo Américo Villarreal Anaya gobierna la entidad —ahora por Morena— de 2022 a la fecha.

En Tabasco, Carlos Madrazo Becerra gobernó la entidad de 1959 a 1964, y su hijo Roberto Madrazo Pintado cubrió el período 1995-2000.

Manuel Bartlett Bautista gobernó en Tabasco de 1953 a 1955, y su hijo Manuel Bartlett Díaz gobernó Puebla de 1993 a 1999.

Antonio Calzada Urquiza gobernó Querétaro de 1973 a 1979, y su hijo José Calzada Rovirosa gobernó de 2009 a 2015.

En Oaxaca, Jose Murat Casab gobernó de 1998 al 2004, y su hijo Alejandro Murat Hinojosa gobernó del 2016 al 2022.

En Nayarit, Emilio González Parra gobernó de 1981 a 1987, y su hijo Ney González Sánchez cubrió el período 2005-2011. Ahí mismo Antonio Echevarría Domínguez gobernó de 1999 al 2005, y su hijo Antonio Echavarría García gobernó del 2017 al 2021.

En Hidalgo, la familia Lugo dio varios gobernadores: José Lugo Guerrero, Javier Rojo Gómez, Jorge Rojo Lugo, Adolfo Lugo Verduzco y Humberto Lugo Gil.

Ricardo Monreal Ávila gobernó Zacatecas de 1998 al 2004. Su hermano David Monreal Avila cubrirá el período del 2021 al 2027. El otro hermano,Saúl hoy senador aspira a relevarlo.

En todos los casos, aunque el arribo al poder se dio mediante el voto popular, pero atrás estuvieron las herencias, relaciones de poder y clanes familiares instalados en las entidades mediante relaciones de parentesco, negocios y otros. Alianzas tejidas por años que han frenado la movilidad y la pluralidad política en Estados y municipios.

Un fenómeno más evolucionado es la sucesión del poder estatal de marido a mujer. Empezó en Puebla cuando el gobernador Rafael Moreno Valle (20121-2017), nieto a su vez del ex gobernador Rafael Moreno Valle (1969-1972), le cedió el poder a su esposa Martha Erika Alonso, que había sido electa para cubrir el sexenio 2018-2024.

Martha Erika duró solo 10 días en el poder (14 de diciembre del 2018 al 24 del mismo mes y año), ya que falleció en un accidente aéreo junto a su esposo. Moreno Valle había renunciado tiempo antes al PRI y al Nueva Alianza. Su esposa fue postulada por el Partido Acción Nacional. La muerte de ambos desató un alud de especulaciones, y hasta la fechar las dudas siguen.

Moreno Valle se había constituido en una carta fuerte del PAN para la secesión presidencial del 2024 y hacía ya proselitismo. 

Un fenómeno político parecido fue el de Coahuila, donde un hermano le traspasa consecutivamente el poder a otro hermano: Humberto Moreira Valdez (2005-2011) cedió el poder a su hermano Rubén (2011-2017); la primera vez en la historia de México. Al final, la política en esa entidad se tensó por desacuerdos en esa familia. Aún así, Coahuila es el único estado que no ha experimentado alternancia de partido en el poder.

En Guerrero, ahora se promueve un nuevo estilo, que la hija gobernadora —Evelyn Salgado— le herede el cargo a su padre Félix Salgado Macedonio actual senador en el 2027.

Tanto el fenómeno del nepotismo —que por ahora dicen combatir en cargos de elección popular— como el de la reelección no han sido bien abordados por los teóricos políticos y los expertos jurídicos de la auto llamada “cuarta transformación”.

Combatir el nepotismo solo en los cargos de elección popular deja inconcluso y sesgado el fenómeno, típico de los que dijeron que eran diferentes y que no repetirían los errores del pasado.

Las administraciones públicas —en lo federal, estatal y municipal—están plagadas de parientes de los que gobiernan en ésta nueva etapa  auto-llamada “Cuarta transformación”.

Ejemplos de las familias en el poder a cada rato saltan en los medios de comunicación y se han convertido en un verdadero lastre en las regiones donde gobiernan, porque no solo desplazan a los cuadros profesionales sino que también fomentan la corrupción.

Abundan los hijos, las nueras, los yernos, los sobrinos, los tíos, los hermanos y los primos en cargos públicos, lo que violenta la legalidad y los niveles de avance que se dieron en las reformas a las leyes de responsabilidades de los servidores públicos.

La reforma quedará coja si solo se aplica a los cargos de elección popular y no le entran en serio a las administraciones públicas.

Prohibir la reelección en cargos de elección popular atenta también contra el espíritu de profesionalización de la carrera legislativa —y la ampliación de los períodos municipales—. Esa reforma no ha sido los suficientemente discutida y solo se basa en la mayoría que la presidenta tiene en el Poder Legislativo.

Es falso que dicha iniciativa interprete fielmente el espíritu del Constituyente de 1917. En aquellos debates solo se hablaba acerca de la reelección de presidente de la República y los gobernadores. Acabábamos de pasar una etapa negra de la historia de México con las interminables reelecciones de Porfirio Díaz y las de sus amigos gobernadores estatales que se eternizaban en el poder. Nunca se planteó en 1917 evitar la reelección municipal ni legislativa.

La crisis se presentó con la reelección de Alvaro Obregón Salido en 1928 y su posterior asesinato. El artículo 83 de la Constitución se reformó en 1933 para cerrar la puerta definitiva a la reelección: “El ciudadano que haya desempeñado el cargo de Presidente de la República ,electo popularmente o con el carácter de interino o sustituto o asuma provisionalmente la titularidad del ejecutivo federal ,en ningún caso y por ningún motivo podrá volver a desempeñar ese puesto”. En el caso de los gobernadores, posteriormente se reformaría el artículo 116 de la Constitución para establecer el mismo principio.

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