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Nota publicada: 2025-02-06
Ashburn. En la NFL hay un presencia tan baja de entrenadores negros que asombra. Es todavía más notorio al tratarse de un deporte en el que predominan los jugadores con ese origen –más de la mitad lo son–, pero sólo unos cuántos de esa minoría han asumido el cargo de mando en una liga donde 11 equipos, de los 32 que la integran, nunca han contratado a un coach afrodescendiente.
En una encuesta sobre el tema realizada por la Associated Press a más de 65 jugadores negros de 25 equipos, 36 por ciento expresaron su desánimo o decepción por la cantidad tan baja de entrenadores de esa comunidad.
El receptor abierto de los Comandantes de Washington, Terry McLaurin, hizo una pausa para pensar mientras hablaba con un periodista después de una práctica esta temporada.
Ahora que lo mencionas, dijo McLaurin, nunca tuve un entrenador en jefe negro en la escuela secundaria, la universidad o la NFL. Sólo tuve coordinadores y entrenadores de posición.
McLaurin, como la mayoría de los jugadores de la NFL, es negro y, como a algunos de sus colegas, le preocupa la falta de entrenadores de esa comunidad.
Hasta que no haya más entrenadores, expresó el apoyador de los Delfines, Anthony Walker Jr., todos lo veremos de la misma manera: no hay suficientes entrenadores negros.
La realidad se puede palpar incluso el próximo domingo, en el Supertazón entre los Jefes de Kansas City y las Águilas de Filadelfia, ambos mariscales de campo titulares son arodescendienes. Sin embargo, ninguno de los entrenadores tiene ese origen.
Nick Scott, defensivo de las Panteras, ve un paralelismo con el tiempo que les tomó a los clubes deshacerse de prejuicios sobre los mariscales de campo negros.
“Se les tildó de ser ‘poco cerebrales’. Esa era la narrativa. Pero no sé cómo se puede cambiar eso (para los entrenadores)”, contó Scott.
En un momento en que el presidente Donald Trump ha tomado medidas para poner fin a los programas de diversidad, equidad e inclusión en su gobierno, y varias empresas importantes redujeron las iniciativas en ese sentido, el comisionado de la NFL, Roger Goodell, aseguró ayer que la liga continuará con sus esfuerzos de diversidad.
Varios jugadores entrevistados notaron la brecha entre la proporción de atletas negros en la NFL (53.5 por ciento en 2023, según el Instituto para la Diversidad y la Ética en el Deporte, Tides) y la de entrenadores afrodescendientes, 22 por ciento al comienzo de esta temporada. Eso podría bajar a 19 por ciento la próxima temporada (seis de 32), dependiendo de la selección de Santos de Nueva Orleans.
No se puede pasar por alto esa discrepancia, señaló McLaurin. Obviamente, se busca al mejor candidato para el puesto, ya sea alguien negro, blanco, asiático o quien sea. Sin embargo, cuando hay una gran representación de jugadores afrodescendientes en la liga, es conveniente ver que eso también esté representado en el cuerpo técnico.
Los menos empleados y los más despedidos
Dejando de lado las contrataciones interinas, los Comandantes de McLaurin son uno de los 11 clubes que nunca emplearon a un entrenador en jefe de tiempo completo que fuera negro, junto con los Bills, Vaqueros, Gigantes, Panteras, Carneros, Cuervos, Santos, Halcones Marinos y Titanes. Es decir, aproximadamente un tercio de la NFL nunca han tenido un afrodescendiente al mando.
Según un recuento, en 25 temporadas, desde 2000 hasta 2024, 31 de los 173 nuevos entrenadores de la NFL (18 por ciento) son personas negras. En ese mismo lapso, ocho de los 19 entrenadores despedidos (42 por ciento) después de su primera temporada completa pertenecen a esa comunidad.
Dos de los tres nuevos entrenadores de tiempo completo de la NFL que son personas negras fueron despedidos. Esta temporada comenzó con siete entrenadores en jefe afrodescendientes: los actuales Mike McDaniel de los Delfines, Todd Bowles de los Bucaneros, DeMeco Ryans de los Texanos y Mike Tomlin de los Acereros, y los recién llegados Antonio Pierce de los Raiders (que comenzó de manera interina la temporada anterior), Jerod Mayo de los Patriotas y Raheem Morris de los Halcones.
Pierce y Mayo fueron despedidos en enero.
La Regla Rooney, sólo para guardar apariencias
En la NBA, donde aproximadamente 70 por ciento de los jugadores son personas negras, 11 de 30 equipos (37 por ciento) tienen un entrenador negro. En las Grandes Ligas de Beisbol, a tres de 30 novenas las lidera un afrodescendiente.
La NFL creó la Regla Rooney en 2003 (llamada así en honor al propietario de los Acereros, Dan Rooney, quien murió en 2017) para aumentar la diversidad entre los entrenadores (y, más tarde, los ejecutivos de las oficinas centrales) al hacer que los clubes entrevistaran a candidatos pertenecientes a minorías.
La Regla Rooney es una gran regla, dijo McLaurin de Washington, pero, por lo que he escuchado, algunos equipos la usan sólo para cumplir, lo cual es desafortunado, en lugar de usar la regla como fue concebida.
Ése es uno de los elementos de la demanda de 2022 presentada por el ex entrenador en jefe de los Delfines, ahora coordinador defensivo de los Vikingos, Brian Flores, quien acusó a la NFL y a tres equipos de prácticas de contratación racistas. Para algunos jugadores sólo había sido contratado para apaciguar las críticas.
Las recientes búsquedas realizadas por los Patriotas y los Jaguares, por ejemplo, despertaron sospechas, y algunos percibieron que las entrevistas sólo buscaban satisfacer los requisitos de la Regla Rooney.
En cuanto a las causas subyacentes, el defensivo de los Cuervos, Kyle Hamilton, apuntó a la creación de redes y al nepotismo.
Para los negros en esta liga es una batalla cuesta arriba. Ha habido una plétora de entrenadores blancos a lo largo de la historia de la NFL. Esos entrenadores tienen hijos que se dedican a entrenar, explicó Hamilton. No se trata de lo que sabes, se trata de a quién conoces. Los negros han estado un poco rezagados.