Nota publicada: 2025-01-21
En el arranque de su segunda administración, luego de rendir protesta como presidente de Estados Unidos, Donald Trump cumplió, a través de órdenes ejecutivas, sus amenazas de declarar como emergencia nacional la situación de migración ilegal y enviar tropas a la frontera con México, implementar un plan de deportación masiva, reinstalar el programa Quédate en México y declarar a los cárteles como organizaciones terroristas.
En lo que denominó el inicio de la “era dorada de EU”, el republicano firmó cerca de 200 órdenes ejecutivas, con las cuales revirtió 78 acciones del gobierno de Joe Biden, con énfasis en la migración, problema que se comprometió a resolver desde el primer minuto de su nuevo mandato.
En el arranque de su segunda administración, Donald Trump retomó el mando en Estados Unidos con un enfoque agresivo y polarizador, marcando el inicio de lo que denominó la "era dorada de EU". Tras rendir protesta como presidente, el republicano no perdió tiempo en implementar una serie de órdenes ejecutivas que reafirman su agenda conservadora, enfocada principalmente en el combate a la migración ilegal y la seguridad fronteriza.
Entre las primeras acciones de su nuevo mandato, Trump declaró como emergencia nacional la situación migratoria en la frontera sur del país, una medida que justificó como esencial para proteger los intereses de Estados Unidos. Esto permitió el despliegue inmediato de tropas a la frontera con México, una decisión que ha generado controversia tanto a nivel nacional como internacional.
Además, el mandatario reinstaló el controvertido programa Quédate en México (Remain in Mexico), obligando a los solicitantes de asilo a esperar en territorio mexicano mientras se procesan sus casos en cortes estadounidenses. También reactivó un plan de deportación masiva y endureció las medidas contra los cárteles, a los que declaró oficialmente como organizaciones terroristas, lo que podría abrir la puerta a acciones militares unilaterales contra ellos.
En sus primeras horas en la Casa Blanca, Trump firmó cerca de 200 órdenes ejecutivas, de las cuales 78 revocaron políticas clave implementadas por su predecesor, Joe Biden. La mayoría de estas acciones se centraron en revertir avances en temas migratorios, ambientales y de justicia social, señalando un regreso a las políticas más conservadoras de su primera administración.
La decisión de enfocarse en la migración como problema prioritario fue justificada por Trump como una promesa cumplida desde "el primer minuto" de su nuevo mandato. Sin embargo, sus medidas han desatado reacciones mixtas: mientras sus seguidores celebran lo que consideran un paso firme hacia la "recuperación de la grandeza de Estados Unidos", críticos y defensores de derechos humanos advierten sobre las implicaciones de estas políticas, calificándolas de inhumanas y divisorias.
En un discurso posterior a la firma de las órdenes ejecutivas, Trump aseguró que este sería solo el inicio de una era que marcará el futuro del país: “Estamos retomando el control de nuestras fronteras, nuestra economía y nuestra soberanía. Estados Unidos vuelve a ser fuerte”. Sin embargo, la intensidad y rapidez de sus acciones auguran una administración cargada de tensiones políticas, tanto internas como internacionales.