• Hermosillo, Sonora, México a     |  Año 29 No. 11    

Con biodigestor, atienden problemática ambiental del Molino de Camou

UNISON /




Nota publicada: 2025-01-17

Hermosillo, Sonora, 17 de enero de 2024.- Las heces de alrededor de 200 perros que habitan en un albergue de animales en el Molino de Camou ahora son fuente de biogás, todo dentro de un proyecto de atención a una problemática social y ambiental, por parte de académicos y estudiantes del Departamento de Geología biodigestor implementado

Alba Lucina Martínez Haros, coordinadora del programa de Ingeniería en Ciencias Ambientales, precisó que el proyecto surgió de una solicitud del presidente del comisariado ejidal, Ismael Limón Moreno, en funciones en marzo del 2024, a raíz de un proyecto de desarrollo turístico 

El Parque hundido Molino de Camou, el núcleo de su proyecto ecoturístico es donde se extrajeron los materiales para la cortina de la presa de El Molinito. El terreno es de 14.1 hectáreas y a través de los años se han generado problemas como formación de socavones, interrupción de servicios de recolección, tala clandestina de mezquite. En este se ubica actualmente un alberge canino que cuenta con alrededor de 200 perros, cuyas heces son ya un problema ambiental. 

Al visualizar la problemática, se acercaron al Departamento de Geología y se buscaron posibles alternativas. Particularmente, para el caso de los desechos caninos se consideró la opción de implementar   un biodigestor. 


Manos a la obra

Romeo Méndez Estrella, académico del Departamento, quien imparte la materia de “Manejo de residuos sólidos urbanos”, fue el responsable del proyecto que buscó trabajar en ese problema de salud ambiental, que involucró la participación de 20 estudiantes de Ingeniería en Ciencias Ambientales.

Relató que diariamente en el albergue se consumen cinco sacos de alimento, lo que genera dos sacos y medio de heces, de las cuales se hacía la limpieza y terminaban en algún sitio de la misma comunidad y como destino final en el relleno sanitario.

“Generan partículas que pueden ser respiradas por la población; la solución era la valorización de esos residuos, una opción era generar biogás, el primero en el estado.

"Básicamente, es una bolsa impermeable de PVC que es elástica y dentro se hace una mezcla con agua de los mismos residuos para que las mismas bacterias hagan su trabajo; aquí en este caso primero la inoculamos con residuos de ganado vacuno para que pudieran tener un impulso las bacterias, les agregamos los desechos de los perritos y se comienza a generar el gas metano”, destacó.

Indicó que otro producto que genera el biodigestor es el biol, un líquido que sale del proceso y se utiliza como fertilizante orgánico.

“Más o menos en un estimado de 20 días ya se produjo biogás; la bolsa contiene lo que es el líquido de los residuos, a los 15 días por la misma descomposición la bolsa se va inflando y cuando ya está a su máxima capacidad tiene una válvula de escape”, explicó.

Comentó que sigue investigar la calidad del biogás generado, ver si ocupan más filtros para reducir azufres, también evaluar la calidad del biol y dar el seguimiento por parte de los alumnos. 
Como dato interesante es el que la dueña del predio ya ha utilizado este biogás en como insumo en su cocina. 


Desarrollo sustentable 

José Ismael Minjárez Sosa, jefe del Departamento de Geología de la Unison, destacó que en este caso se está en el marco del objetivo de desarrollo sustentable de procurar un medio ambiente sano.

“Este proyecto es particularmente notable por el hecho de que proporciona una solución a una problemática ambiental, acerca a la Universidad a un sector vulnerable, pero además entra en el marco de la economía circular; es decir un subproducto que puede ser utilizado para diferentes actividades, en este caso el biogás”, puntualizó.

Resaltó además que se trata de la primera generación de Ingeniería en Ciencias Ambientales, por lo que sus alumnos se nutren de esos dos aspectos: disposición a participar en apoyo a la población y dar soluciones prácticas a problemas ambientales.


Grata experiencia

“Creo que fue muy importante tener las bases teóricas en un principio y después tener la práctica, porque el que tenía una idea de cómo hacer algo en campo era quien lo tenía realizar, entonces todos participamos, todos, hicimos una pequeña parte”, compartió Paola Rodríguez Reyes, una de las estudiantes que participa en el proyecto. 

“Esta experiencia, tanto a mí como al resto de mi grupo, siento que nos sirvió mucho como una de las primeras experiencias de aplicación de tecnología ambiental, dado que estamos en una ingeniería es no tan común. Se siente ya como universitario que le devolvemos a la comunidad algo, el proyecto inició como una solicitud de ellos”, expresó Adrián Morán de la Cruz, también estudiante del programa.



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