Nota publicada: 2025-01-15
¿Cuándo será el fin de la humanidad? Ya sea por un holocausto nuclear, por sobrepasar un umbral climático crítico, a manos de robots dotados de inteligencia artificial o por el asteroide de No miren arriba, la cuestión abarca nuestros pensamientos, nuestras investigaciones y nuestras diatribas en Facebook.
Ahora, un teórico advierte que la civilización humana de 8 mil 200 millones de personas se encuentra en una encrucijada crítica: tambaleándose entre lo que pronostica que será el colapso autoritario y la superabundancia.
“La civilización industrial se enfrenta a un declive ‘inevitable’ al ser sustituida por lo que podría resultar ser una ‘posmaterialista’ mucho más avanzada basada en una energía limpia muy abundante distribuida.
El principal reto es que la primera se enfrenta a un declive tan rápido que podría desviar la aparición de un nuevo y superior ‘ciclo vital’ para la especie humana”, afirmó en un comunicado el doctor Nafeez Ahmed, autor de superventas y periodista que es miembro distinguido del Instituto Schumacher de Sistemas Sostenibles, con sede en Reino Unido.
Ahmed, que ha intervenido en cumbres de Naciones Unidas en los pasados años, es el autor del artículo publicado recientemente en la revista Foresight.
Gaya Herrington, investigadora de sostenibilidad y análisis dinámico de sistemas en la consultora KPMG, que no participó en la investigación, declaró a The Independent que está de acuerdo con todos los grandes puntos de Ahmed.
Vivimos en un momento histórico de ahora o nunca, y lo que hagamos en los próximos cinco años determinará nuestros niveles de bienestar para el resto de este siglo, afirmó.
A partir de la literatura científica, el estudio ofrece una teoría del auge y caída de las civilizaciones, a partir de la cual concluye que la humanidad está a punto de dar el siguiente salto de gigante en la evolución, si el autoritarismo no frena el progreso.
Ciclo vital
La investigación concluye que las civilizaciones evolucionan a través de un ciclo vital de cuatro etapas: crecimiento, estabilidad, declive y transformación final. Según él, la civilización industrial actual está en declive.
Ahmed advierte que el aumento de las políticas autoritarias y los esfuerzos por proteger la industria de los combustibles fósiles, que producen las emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático, son factores que podrían poner en peligro la civilización. La disminución global del rendimiento energético de las inversiones es fundamental para el descenso.
Invertir en energías limpias cuidadosamente diseñadas y en nuevas capacidades materiales como esa industria, la inteligencia artificial, la impresión en 3D y la agricultura cultivada en laboratorio podría crear nuevas formas de superabundancia en red –cuando hay abundancia de recursos disponibles a través de las redes– que protejan los sistemas terrestres. Pero no pueden regirse por las viejas jerarquías industriales centralizadas, indica Ahmed.
En última instancia, constata una brecha cada vez mayor entre el llamado nuevo sistema emergente y el sistema operativo industrial, que conduce a trastornos políticos y culturales y a crisis mundiales.
Está surgiendo un nuevo y asombroso espacio de posibilidades, en el que la humanidad podría proveerse de energía, transporte, alimentos y conocimientos superabundantes sin dañar la Tierra. Este podría ser el próximo gran salto en la evolución humana. Pero si no somos capaces de evolucionar como seres humanos y modificar nuestra forma de gobernar estas capacidades emergentes de forma responsable y en beneficio de todos, podrían ser nuestra perdición, alertó. En lugar de evolucionar, retrocederíamos, si no es que nos hundiríamos. El auge de los gobiernos autoritarios y de extrema derecha en todo el mundo aumenta este grave riesgo de colapso.
En su nuevo libro A Darwinian Survival Guide (Guía de supervivencia darwiniana), el profesor de la Universidad de Toronto Daniel Brooks afirma que, aunque el peligro es grande y el tiempo escaso, los seres humanos pueden hacer que se produzca el cambio.
Cambio de comportamiento
Su punto de vista, según declaró a The Independent, es que si bien la utopía es inalcanzable, el apocalipsis no ocurrirá aunque se produzca un gran colapso de la humanidad tecnológica. Cree que el mundo tiene un problema sin solución tecnológica, y que si se produce una debacle en torno a 2050, las personas que siguieron actuando como hasta ahora serán todas culpables, independientemente de la política, la economía o las creencias, y quienes consigan formar parte de los supervivientes y los reconstruidores compartirán el mérito.
Estamos de acuerdo con quienes afirman que ahora disponemos de tecnología suficiente para resolver los problemas y, aunque los progresos tecnológicos son útiles, el ritmo acelerado del cambio climático global está superando al del avance tecnológico. La solución para mantener a la humanidad conectada con la tecnología radica en cambiar nuestro comportamiento escribió Brooks.
Ahmed publicó su artículo tras las graves advertencias sobre el rápido calentamiento de la Tierra en el futuro. El año pasado, un equipo de científicos internacionales afirmó que se habían traspasado seis de los nueve límites planetarios, que definen un espacio operativo seguro para la humanidad.
Esta actualización sobre los límites planetarios muestra claramente a un paciente que no se encuentra bien, ya que la presión sobre el planeta aumenta y se están traspasando éstos. No sabemos cuánto tiempo podremos seguir transgrediéndolos antes de que las presiones combinadas provoquen cambios y daños irreversibles, afirmó Johan Rockström, coautor del estudio.
Una investigación publicada a principios de este año concluyó que es crucial mantener al menos cero emisiones netas de gases de efecto invernadero, un nivel que pueda ser absorbido por la naturaleza y otros métodos de eliminación del dióxido de carbono, de aquí a 2100 para minimizar el riesgo de puntos de inflexión climáticos y garantizar la estabilidad planetaria.
Las múltiples guerras, la desigualdad extrema, el inminente colapso climático y las nuevas tecnologías capaces de transformar nuestra propia existencia han llevado a la humanidad a una encrucijada, afirmó en septiembre la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard. No nos queda tiempo para la autocomplacencia o el derrotismo, sólo para la responsabilidad compartida de salvar el mundo que debemos a las generaciones futuras.
Tendremos que esperar a ver si se produce alguna otra investigación al estilo de Hollywood que prediga el fin del mundo a partir de sistemas de inteligencia artificial.