Nota publicada: 2025-01-02
Haydee Gaxiola
Durante la temporada invernal, las enfermedades respiratorias virales se vuelven más comunes en México. Estas afecciones, causadas por virus como el de la influenza o el rinovirus, representan un desafío para la salud pública, especialmente en grupos vulnerables como niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
Manuel Gerardo Ballesteros Monrreal, académico investigador de la Universidad de Sonora, campus Caborca, adscrito al Departamento de Ciencias Químico Biológicas y Agropecuarias, y especialista en microbiología médica, detalla los factores detrás de estas enfermedades y cómo prevenirlas.
“Las enfermedades virales son infecciones causadas por virus, microorganismos que invaden las células del cuerpo humano para replicarse. A diferencia de las infecciones bacterianas, los virus no responden a los antibióticos, por lo que su uso en estos casos es no solo inútil, sino riesgoso”, advirtió.
Y también a evitar antibiótico
El especialista enfatizó que el mal uso de antibióticos puede desequilibrar los microorganismos benéficos que habitan el cuerpo, incrementando el riesgo de otras enfermedades y fomentando la resistencia antimicrobiana.
Aunque las bajas temperaturas contribuyen a la propagación de enfermedades virales, no son el único factor, ya que la convivencia en espacios cerrados y mal ventilados facilita el contagio. Un sistema inmunológico debilitado y dietas nutricionalmente insuficientes incrementan la susceptibilidad. Además, enfermedades preexistentes como diabetes o hipertensión agravan el riesgo, mientras que los niños menores de cinco años y los adultos mayores son más vulnerables.
La prevención es clave
El académico resaltó que muchas enfermedades virales son prevenibles si se toman medidas adecuadas como vacunarse contra la influenza y otras enfermedades respiratorias; usar cubrebocas, especialmente en espacios cerrados o en presencia de personas con síntomas; lavarse las manos frecuentemente y desinfectar superficies de uso común; cubrirse la boca y nariz al toser o estornudar, preferentemente con el codo o un pañuelo desechable; mantener espacios ventilados y bien iluminados; y consumir una dieta balanceada para fortalecer el sistema inmunológico.
Ballesteros Monrreal recomendó evitar la automedicación y buscar atención médica en caso de fiebre persistente, dificultad para respirar o fatiga extrema. “Es importante no usar antibióticos a menos que sean indicados por un médico. Además, si se presentan síntomas, usar cubrebocas y permanecer en casa ayuda a prevenir contagios. Hidratación y reposo también son clave para la recuperación”, explicó.
Finalmente, el especialista hizo un llamado a la población para fomentar el uso racional de los medicamentos y seguir las recomendaciones de salud pública.
“La prevención es la mejor herramienta que tenemos, y no debemos subestimar el impacto de prácticas sencillas como la higiene personal, el uso del cubrebocas y la vacunación en la protección de nuestra salud”, concluyó.