Nota publicada: 2024-12-18
Paula Trespalacios Argain
La inteligencia artificial promete soluciones innovadoras para combatir los desafíos más críticos, entre ellos el cambio climático, pero juega un papel dual por su potencial para perjudicar el medio ambiente, así lo expresó Elia Ivette Cota Rivera en su conferencia “Doble Impacto de la Inteligencia Artificial: desafíos y oportunidades para la sostenibilidad”.
En el Encuentro Nacional en ISI, la académica de la Universidad Politécnica de Baja California, de manera virtual, habló del aliado que puede ser la IA.
“Es una herramienta poderosa que ha transformado diversos sectores; su potencial para perjudicar el medio ambiente es algo menos evidente, juega un papel dual en nuestra lucha contra el cambio climático; por un lado, puedes tener un aliado invaluable en lo que ayuda a optimizar y diseñar para toma de decisiones”, aseguró.
Al respecto, detalló, la inteligencia artificial puede ayudar en predicciones para hacer que los procesos sean más sostenibles y facilitar la toma de decisiones en favor del medio ambiente, pero, por otro lado, el desarrollo y uso de modelos de IA también tiene un costo ambiental con los lenguajes naturales o generadores de imagen que requieren enormes cantidades de energía.
Más tecnología, más demanda
Cota Rivera puntualizó que, en la medida en que aumenta la demanda de IA, también crece la necesidad de más centros de datos, que dependen básicamente en los combustibles fósiles, lo que incrementa las emisiones de gas invernadero, por lo que esa dualidad enfrenta a una paradoja interesante.
“La visión para el año 2030 es neutralizar el impacto de la IA en el cambio climático, nos quedan 6 años, aún hay personas en el mundo que piensan que el cambio climático no existe o que no está sucediendo”, comentó.
La conferencista comentó que la inteligencia artificial es una herramienta para abordar el cambio climático, tiene el potencial de optimizar procesos y mejorar eficiencia en sectores clave como agricultura sostenible, modelado y predicción, optimización de energía, movilidad sostenible, carbono y emisiones, innovación y materiales, y educación y concienciación.
Aclaró que la IA es una fuente de emisiones de carbono por su consumo enérgico por entrenamiento de modelos, centros de datos, fabricación de hardware, crecimiento de demanda y desperdicio digital.
Las estrategias para combatir los efectos negativos, señaló, pueden ser la mitigación del monitoreo de cargas con IA, uso de energías renovables en centros de datos, desarrollo de algoritmos más eficientes energéticamente, priorización de la IA Frugal que requiere menos recursos computacionales, e implementación de políticas para la IA Verde.
La sociedad, dijo, puede colaborar al optar por servicios en la nube más eficientes, conciencia en el desarrollo, promover la investigación sostenible, reciclar hardware, participar en iniciativas verdes, optimizar uso personal, apoyo a estándares verdes, y plantar arboles.