Nota publicada: 2024-12-11
Paula Trespalacios Argain
“Era un ser humano aspirante a ser cada vez mejor, y eso no lo tenemos todos. Creemos que somos buenos, pero no sabemos para qué, y él sí sabía para qué”, expresó Carmen Leticia Soria Álvarez, viuda del doctor Ramiro Ávila Godoy, tras la develación de la placa en la sala de estudiantes que desde ayer lleva el nombre del académico.
Ubicada en el tercer piso del Departamento de Matemáticas, el recinto representa el amor por la enseñanza que el docente demostró en vida, y por el que luchó. Su inauguración marcó la culminación del homenaje póstumo que se le rindió la tarde del 10 de diciembre en la Universidad de Sonora.
“Nosotros lo vamos a seguir recordando. Ninguno está triste, porque para nosotros sigue presente en cada uno de los rincones de la casa”, compartió Soria Álvarez al agradecer la ceremonia.
Celebramos su vida: rectora
La rectora de esta casa de estudios, María Rita Plancarte Martínez, invitó a celebrar la vida de Ávila Godoy. Reconoció que, si bien lo han perdido físicamente, sigue presente al recordarlo como el hombre visionario que logró generar un espacio académico para el desarrollo de una disciplina que no tenía lugar en la Universidad.
Resaltó que el académica logró el posgrado y que se le otorgara la importancia debida a la enseñanza matemática en la formación educativa en todos los niveles.
“En este momento, estamos pasando por la dificultad de arrancar a Ramiro de la muerte y darle vida. Eso es lo que podemos hacer cuando recordamos a los que se fueron: encontrar en ellos un modelo que nos hace reflexionar quiénes somos, a dónde vamos y cómo podemos ser mejores.
“Ramiro fue uno de ellos: como padre, esposo, amigo, profesor y universitario. De una u otra forma, a eso podemos aspirar, a que en el recuerdo quedemos vivos y vivas, que en el recuerdo existamos”, expresó Plancarte Martínez
Maestro y papá
Ramiro Ávila Soria, hijo del homenajeado, destacó lo difícil que era separar al ser humano del maestro y relató anécdotas sobre cómo su padre, hasta el último momento, intentó resolver problemáticas.
“Siempre había un dejo de enseñanza o, al menos, un esfuerzo por promover una discusión o un pensamiento ante cualquier problema que surgiera. Eso lo hizo desde que éramos pequeños. Siempre estuvo enfocado en que nuestra educación, como hijos, se desarrollara en un ambiente solidario y de cuestionamiento”, recordó.
¿Quién fue el doctor Ávila Godoy?
Durante la ceremonia, Agustín Grijalva Monteverde, representante de la comunidad de Matemática Educativa y amigo de Ávila Godoy, relató cómo, en 1983, este se incorporó como docente a la Universidad de Sonora, vínculo laboral que mantuvo hasta su jubilación, apenas el 1 de septiembre de 2024.
“Estas experiencias motivaron al entonces M.C. Ávila Godoy, junto con otros distinguidos colegas, a proponer la creación del Programa de Maestría en Ciencias con especialidad en Matemática Educativa, propio de la Unison. Dicho programa inició actividades el 12 de octubre de 1990, siendo Ramiro su primer coordinador.
“Innumerables dificultades y circunstancias desfavorables fueron vencidas para que la maestría funcionara bajo su conducción, con visión y mano firme. Este éxito, traducido en su impacto en el medio regional, es innegable. Treinta y cuatro años de trabajo ininterrumpido son prueba de ello”, apuntó Grijalva Monteverde.
Al presentar su semblanza, resaltó que la sensibilidad de Ávila Godoy lo llevó a convertirse en un crítico de su entorno social durante un periodo de represión gubernamental. Esto derivó en que, de manera injusta, fuera encarcelado casi seis años, entre 1971 y 1976.
Durante ese tiempo, estudió autodidácticamente la Constitución Política del país para conocer cómo defenderse de las acusaciones en su contra y colaboró en la defensa de otros compañeros en reclusión.
“Enamorado del teatro, no desaprovechó el espacio y formó una pequeña compañía que, bajo su dirección, montó y presentó varias obras. Con la inclinación docente presente siempre en sus actos, organizó círculos de estudio para los compañeros que, como él, estaban privados de la libertad. Como si toda esta actividad no fuese suficiente, también inició algunos cursos de la licenciatura en matemáticas”, recordó.
Finalmente, comentó, con la frente en alto y sin resentimientos, Ávila Godoy salió de prisión tras comprobarse su inocencia y retomó su actividad como profesor.
Ramiro Ávila Godoy falleció el 8 de octubre, unas semanas después de su jubilación. Originario de Empalme, Sonora, fue un profesionista respetado y querido.
Con un doctorado en Ciencias en Matemática Educativa por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, uno de sus reconocimientos más destacados fue el otorgado por la Sociedad Matemática Mexicana durante el XLII Congreso Nacional, en honor a sus aportes al desarrollo de la matemática educativa en el país.
Recorrió México impartiendo cursos y diplomados para la formación de docentes en todos los niveles educativos.
Durante el homenaje póstumo, Jesús Francisco Espinoza Fierro, jefe del Departamento de Matemáticas, expresó que, desafortunadamente, las nuevas generaciones no conocerán a Ávila Godoy, pero convivirán con su legado durante mucho tiempo.
Entre los asistentes, también estuvieron Joel Enrique Espejel Blanco, director Administrativo del Campus Hermosillo; Juan Pablo Soto Barrera, coordinador General de la Facultad Interdisciplinaria de Ciencias Exactas y Naturales; César Fabián Romero Félix, titular del Posgrado en Matemática Educativa, y algunos otros funcionarios universitarios.
Además, acudieron los exrectores Jorge Luis Ibarra Mendívil y Pedro Ortega Romero, así como familiares y seres queridos de quien fuera en vida, y lo sigue siendo tras su fallecimiento, un ejemplo a seguir.