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China lanza ladrillos al espacio para probar su resistencia y explorar la construcción de una base lunar

Excelsior /




Nota publicada: 2024-11-15

Este viernes, China lanzó al espacio un conjunto de ladrillos para someterlos a pruebas de resistencia en condiciones extremas, con el objetivo de determinar si es posible construir una base en la Luna utilizando materiales fabricados con el propio suelo lunar. El cohete de carga despegó a última hora del viernes, llevando los ladrillos a la estación espacial Tiangong, que orbita entre 400 y 450 km de la Tierra, como parte de los planes de China de enviar seres humanos a la Luna para 2030 y establecer allí una base permanente hacia 2035.

El programa espacial chino ha recibido miles de millones de dólares en inversión durante las últimas décadas, con el objetivo de alcanzar a las potencias espaciales como Estados Unidos y Rusia. En este contexto, los investigadores chinos están probando la viabilidad de utilizar materiales locales de la Luna para la construcción, lo que reduciría los costos y la dependencia de suministros terrestres.

Las muestras de ladrillos, que se componen de diversas composiciones, se someterán a condiciones extremas similares a las que enfrentan los materiales en la superficie lunar. Según Zhou Cheng, profesor de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong en Wuhan, China, la principal prueba será exponer los ladrillos al espacio exterior. "Queremos simular las condiciones extremas del entorno lunar", afirmó el investigador.

La Luna presenta una serie de desafíos para la construcción de estructuras debido a sus drásticas variaciones de temperatura, que van desde -190 ºC hasta +180 ºC, y a la falta de atmósfera, lo que expone a los materiales a grandes cantidades de radiación cósmica y micrometeoritos. Además, los sismos lunares pueden causar movimientos que debiliten las estructuras. Por ello, cualquier material utilizado para la construcción en la Luna debe ser capaz de soportar estas extremas condiciones.

Los ladrillos, desarrollados por el equipo de Zhou Cheng, se fabrican a partir de materiales comunes en la Tierra, como el basalto. La inspiración para estos ladrillos provino del suelo lunar traído por la sonda china Chang'e 5, que en diciembre de 2022 se convirtió en la primera misión en cuatro décadas en devolver muestras de la Luna. Estos ladrillos, de color negro, son tres veces más resistentes que los ladrillos tradicionales y tienen la capacidad de encajarse entre sí sin necesidad de aglutinantes, lo que representa una ventaja significativa, ya que producir aglutinantes en la Luna podría resultar muy complicado.

El equipo de investigación también ha diseñado un robot de impresión 3D para facilitar la construcción de hábitats lunares, una tecnología clave para futuras misiones habitadas. Según Zhou Cheng, el objetivo es utilizar los recursos locales de la Luna, como el suelo lunar, para fabricar diferentes tipos de construcciones en el futuro.

Jacco van Loon, profesor de astrofísica en la Universidad de Keele, en Reino Unido, destacó que la fabricación de ladrillos directamente en la Luna es una estrategia muy prometedora. "Es mucho más económico utilizar materiales disponibles in situ que tener que enviarlos desde la Tierra", explicó. Van Loon agregó que el experimento de China "tiene muchas posibilidades de éxito" y podría allanar el camino para la construcción de bases lunares en el futuro.

Otros países que también tienen la mira puesta en la construcción de una base en la Luna están desarrollando tecnologías para producir ladrillos que imiten las propiedades del suelo lunar, lo que refleja el creciente interés global en la colonización del satélite natural de la Tierra.

Este avance representa un paso importante en los esfuerzos internacionales por hacer de la Luna un lugar habitable para futuras generaciones y, en el caso de China, subraya su ambición de liderar la exploración espacial en las próximas décadas.


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