Sigmund Freud es el predecesor de Viktor Frankl. Ambos estudiaron la naturaleza y cura de la neurosis (enfermedad del sistema nervioso caracterizada principalmente por inestabilidad emocional). Pero, el doctor Frankl después de que fue liberado del campo de concentración se convirtió en el fundador de la logoterapia y del análisis existencial.

La logoterapia es una psicoterapia que busca ayudar a las personas a encontrar el sentido de su vida. Mientras que el tema central del existencialismo es: vivir es sufrir; y sobrevivir es hallarle sentido al sufrimiento.

Quien tiene un porque para vivir, encontrará casi siempre el cómo.

Nietzsche, filósofo

Hallar el sentido de la vida en tu peor sufrimiento

Cuando sientes que ya no hay nada que perder, la capacidad de elegir tu actitud es la clave. Los antiguos estoicos lo hacían. No en vano, el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) define estoico como “fuerte, ecuánime ante la desgracia”; y el diccionario Oxford como una persona que sufre dolor o problemas sin quejarse.

Aquí, lo que aprendió Viktor Frankl como sobreviviente del holocausto, el gran exterminio de judíos.

Hacer un cambio radical de actitud

Tenemos que aprender por nosotros mismos y después enseñar a los desesperados que la vida espera algo de nosotros. La mejor oportunidad reside en la actitud que adoptes al soportar tu carga.

El procedimiento para salvar la vida

El fin es evitar el suicidio de las personas que ya no esperan nada de la vida. El doctor Frankl trataba de hacerles comprender a dos prisioneros que intentaban suicidarse, que la vida todavía esperaba algo de ellos. A uno le quedaba un hijo que amaba y al otro un proyecto científico sin concluir. Nadie más podía hacer ese trabajo. Cada uno debe asumir su existencia y responsabilidad.

Conoce el “porque” de tu existencia y podrás soportar casi cualquier “cómo”.

Viktor Frankl, filósofo

Nunca perder la esperanza

La verdadera razón de la muerte física o espiritual es la pérdida de la esperanza. Un psicólogo en el campo de concentración daba a sus compañeros ayuda psicológica, infundiéndoles ánimo y diciéndoles que él no tenía intención de perder la esperanza y tirarlo todo por la borda, pues nadie sabe lo que el futuro puede depararle.

Debo confesar que muy raras veces hallé en mi interior fuerzas para establecer este tipo de contacto con mis compañeros de sufrimientos y que, seguramente, perdí muchas oportunidades de hacerlo.

El sentido de la vida

En última instancia, el hombre no debería inquirir cuál es el sentido de la vida, sino comprender que es a él a quien se inquiere. En una palabra, a cada hombre se le pregunta por la vida y únicamente puede responder a la vida respondiendo por su propia vida; sólo siendo responsable puede contestar a la vida. De modo que la logoterapia considera que la esencia íntima de la existencia humana está en su capacidad de ser responsable.

La búsqueda del hombre del sentido de la vida es una fuerza primaria, no una razón secundaria e impulsiva. Los estudios demuestran que el 80% de las personas necesitan “algo” por qué vivir. La gente admite que hay “algo” o “alguien” en sus vidas por cuya causa están dispuestos incluso a morir.

Después de todo, el hombre es ese ser que ha inventado las cámaras de gas, pero también es el ser que ha entrado en esas cámaras con la cabeza erguida y el Padrenuestro o el Shema en sus labios.

Viktor Frankl, sobreviviente del holocausto

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