Nota publicada: 2024-10-28
Elías Quijada
En una jornada dinámica, Daniela Edith Ochoa y Cinthya Eliza Fonseca, estudiantes de Aula Sororaria y Creación de espacios seguros, estuvieron a cargo de la organización del Taller “Herramientas para la defensa física y psicológica para la eliminación de la violencia contra las mujeres” que se llevó a cabo en instalaciones del Departamento de Bellas Artes de la Universidad de Sonora.
Durante la actividad, las alumnas universitarias asumieron la parte conceptual e hicieron un recorrido mostrando la normativa de los derechos y las maneras de fortalecer la valía personal.
El taller tuvo como objetivo de comprender y aplicar el uso de herramientas que busquen fortalecer a las estudiantes universitarias de Sonora para su propia protección en situaciones donde sus derechos se encuentren vulnerados, ya se en el aspecto psicológico, físico o jurídico.
Temáticas de interés
El temario estuvo integrado por autodefensa feminista, tipos de violencia y modalidades, estadísticas, marco jurídico y protección legal, autodefensa psicológica, revictimización y justicia y la importancia de la autodefensa feminista.
La autodefensa feminista es la capacidad de ver y reconocer, de forma consciente, en qué situación establecer límites para vivir seguras y en libertad. Ante un mundo donde conviven múltiples violencias, lo mismo es aprender a reconocer lo que hace daño, prevenir sin renunciar a la libertad y tener recursos para reaccionar adecuadamente.
Se abordó el concepto de gafas moradas para reconocer todo aquello que puede hacer daño o que, sin darse cuenta, coloca a la mujer en una posición de desventaja, vulnerabilidad o de víctima. La expresión gafas moradas es una nueva manera de mirar el mundo para darse cuenta de las situaciones injustas, de desventaja, menosprecio hacia las mujeres.
La Ley de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia para el estado de Sonora, en el artículo 5, describe los tipos de violencia contra las féminas, como la psicológica, física, patrimonial, económica, sexual, política, digital o cualquiera otra forma analógica que lesione o sea susceptible de dañar la dignidad, integridad o libertad de las mujeres.
Se indicó que existen maneras de identificar los grados de violencia, y uno de ellos, es el violentómetro que es una herramienta desarrollada por el Instituto Politécnico Nacional para medir los distintos tipos de violencia y cómo pueden escalar.
Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, con base en reportes de fiscalías y centros telefónicos de atención a emergencias, presentó en su informe de enero a diciembre del año pasado, que a nivel nacional se registraron 2,581 homicidios dolosos de mujeres y Sonora ocupa el lugar número 10 del país con 99 casos.
Para acentuar el marco jurídico y protección legal en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se mencionó la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, Convención de sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, Ley General de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia y la Ley de Acceso de las mujeres a una vida libre de violencia para el estado de Sonora.
En el desarrollo del taller, se pudo identificar las formas que implementa un agresor verbal como interrumpir a las personas que habla, lanza falsas acusaciones siguiendo los estereotipos de género, pone e tela de juicio las capacidades de otras personas, es incapaz de hablar de sus sentimientos, los chistes suelen ser degradantes, no acepta nada que le pueda subir el autoestima a otros, utiliza frases que son ofender llegan a desacreditar y minimiza los problemas de los demás.
Se compartió que la culpa y vergüenza son elementos que facilitan la percepción de que la violencia recibida es merecida o de alguna forma aceptable; cuando una persona sufre abusos tiende a tener una pérdida en su autoestima, seguridad, confianza y siente ansiedad.
Se dijo que la indefensión aprendida es un estado psicológico que se da cuando los acontecimientos son incontrolables y no se puede hacer nada para cambiarlo. Repetidos malos tratos disminuyen la motivación para responder ya que pueda expuesta únicamente el criterio del agresor.
Asimismo, como parte del taller, la entrenadora de Jiu Jitso, Amanda Quesia Braga e Silva se encargó de brindar estrategias para la defensa física y enfatizó la relevancia para las mujeres sonorenses.
En la actividad estuvieron presentes, María Fernanda Romero, Britany Odaly Rodríguez, Giuliana Nicole Ruvalcaba, estudiantes del Departamento de Bellas Artes; Aylin Francisca Palafox, Lesly Karolina Fontes, Andrea Ancheta, Rosaura Patricia Contreras y Lilia Bibiana Sandoval, también alumnas de la institución y pertenecientes de Aula Sororaria y Creación de espacios seguros.
También, Rocío Arreguín Moreno, quien dirigió el taller; Silvia Dolores Margarita Salazar Alba aliada del proyecto, así como Sol Gabriela Solecita Fontes y Alexandra Villarreal Lara