• Hermosillo, Sonora, México a     |  Año 29 No. 11    

Sin luz, no hay vida: Ángel Ancona

UNISON /




Nota publicada: 2024-10-24

Paula Trespalacios Argain

“Si hay algo difícil de hacer es hablar de la luz, algo que en teoría existe, pero no existe; la luz para todos es algo tan cotidiano que al parecer no le damos la importancia que debemos darle”, expresó Ángel Ancona en el inicio de su master class “La dramaturgia de la luz”.

En el cierre del ciclo “Maestros de la escena”, el diseñador de iluminación y productor escénico explicó la importancia de la luz en la iluminación teatral; desde el escenario del Teatro Emiliana de Zubeldía, con el cambio de luces, mostró cómo puede variar la iluminación de los objetos y personas en cada espacio.

“La luz hace que la materia sea visible, lo mismo esa materia puede ser una mesa o bien puede ser un cuerpo, y ese cuerpo adquiere una dimensión, adquiere una tridimensionalidad a través de la luz”, explicó.

¿Qué pasa con el espectador?

Más allá de aprender la técnica lumínica, dijo que lo más importante es la observación de la luz en el día a día, de lo cotidiano, de la propia noche.

“En un lugar como Hermosillo, tienen una luz brutal, cegadora completamente, pero, seguramente, tiene sus matices, seguramente la luz invernal debe tener unas sombras mas largas que en la luz de verano o primaveral, y eso hace que nosotros podamos reproducir en un escenario las diferentes matices que necesitamos para que el espectador pueda entenderlo”, precisó.

Se trata de jugar

La iluminación dijo es jugar con la luz, con una puesta en escena y el objetivo profesional es que se vea como se quiere que se vea.

“Allí esta la dramaturgia de la luz, tenemos que escribir un libreto a la par del libreto dramático con un libreto lumínico que nos va a dictar qué es lo que queremos que se vea en un escenario y cómo queremos que se vea en ese escenario”, aseguró.

Aseguró que no hay fórmulas, simplemente sucede, se ve o no se ve.

Algo de historia

El iluminador de musicales como el de “Jesucristo Super Estrella”, puntualizó que, la luz es de los oficios más jóvenes del teatro, se empieza a utilizar a partir de los 40s y 50s, antes de eso se usaban baterías de luz blanca, con la intención solo de iluminar y no por un elemento dramático en la puesta de escena.

Agregó cómo en el siglo pasado se usaban velas, candelabros y candiles; después de vino la luz de gas, baterías de luz incandescente y después llegaron todos los aparatos.

Àngel Ancona, quien hasta noviembre del año pasado se desempeñó como director del Sistema de Teatros de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, ha sido diseñador de iluminación de espectáculos para los artistas más diversos de Iberoamérica, en Teatro realizó diseños para la Fundación Rajatabla de Venezuela, el Teatro Nacional Juvenil de Venezuela, y diseñador de espectáculos y obras de teatro para el Teatro Nacional de Bogotá.


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