Beatriz Espinoza

Las desapariciones forzadas son delitos reconocidos por el Derecho Internacional y se consideran graves violaciones a los derechos humanos por su extrema gravedad y por la intervención, en la mayoría de los casos, de autoridades gubernamentales al no poder impedirlas, recordó el especialista Netzahualcóyotl Cabrera Murrieta.

El docente de la Licenciatura en Seguridad Pública de la Universidad de Sonora habló del tema a propósito del Día Internacional de las Víctimas de las Desapariciones Forzadas y consideró que es un tema complicado, precisamente, porque se da con la intervención del estado que usa sus herramientas o hasta instituciones de seguridad pública para desaparecer personas o grupos de personas y el gobierno no lo acepta.

El también maestro en Gobierno y Asuntos Públicos por el Colegio de Sonora precisó que la frase ‘desaparición forzada’ constituye un delito catalogado como crimen de lesa humanidad por ser una grave violación de los derechos humanos, como lo son también los asesinatos, el exterminio, la esclavitud, la deportación, expulsión, y persecuciones por motivos políticos, raciales, religiosos, sociales y culturales, el genocidio y el apartheid, entre otros.

Dijo que esta exposición se justifica en el artículo 2 de la Convención contra la Desaparición Forzada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que lo conmemora también como el Día Internacional de los Desaparecidos que son arrestados, detenidos, secuestrados o privados de libertad por cualquier otra forma por parte de agentes del Estado, así como personas o grupos que actúan con autorización y/o apoyo de la autoridad que niega dicha privación de libertad o el ocultamiento de la suerte o paradero de la persona desaparecida.

Derechos humanos violentados

Cabrera Murrieta destacó que una desaparición forzada violenta algunos de los derechos humanos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales como pueden ser el derecho a la libertad y seguridad de la persona, el de no ser sometido a torturas, tratos crueles, inhumanos o degradantes, así como el derecho a la verdad, particularmente para conocer la verdad sobre las circunstancias de la desaparición.

Otros derechos que se violentan son el de la protección y asistencia a la familia; el de tener un nivel de vida adecuado, el de salud, educación, el del reconocimiento de la personalidad jurídica y el derecho a la vida en caso de muerte de la persona desaparecida, entre otras.

La primera víctima documentada por desaparición forzada en México

La primera víctima registrada por desaparición forzada en México, dijo, fue Epifanio Avilés Rojas, nacido el 27 de abril de 1933 y quien trabajó como policía en los años 50 y quien se unió a la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACRN) en 1967 por invitación del maestro Florentino Jaimes quien era hermano de su esposa y se fue a vivir con ellos.

Recordó la historia que sucedió en 1969 cuando Epifanio tenía 36 años, y se dice que, junto a otros compañeros, había planeado asaltar al Banco Comercial de México, para recaudar fondos a la guerrilla, pero su plan fue frustrado por la policía.

“La historia sobre el asalto no se ha comprobado, jamás hubo ninguna investigación o juicio sobre el tema, pero el 19 de mayo de aquel año fueron llevados a la cárcel de Lecumberri. Epifanio Avilés fue detenido por un grupo de soldados al mando del mayor de infantería Antonio López Rivera.

“Su esposa Braulia intentó seguirle la pista, pero lo último que supo es que fue entregado al general Miguel Bracamontes y lo subieron a una avioneta”, comentó y añadió que, desde entonces no se sabe nada más de él.

Braulia Jaimes denunció la desaparición de Epifanio Avilés en periódicos y se unió a las manifestaciones de madres y esposas de otros detenidos y desaparecidos, añadió, pero, pasados cincuenta años, no ha tenido noticias sobre su esposo.

Recomendaciones para prevenir

Cabrera Murrieta también es Auxiliar de Coordinación de Seguridad de la Universidad de Sonora y recomendó que, para prevenir cualquier situación que pudiera terminar en una desaparición de este tipo, dijo que elementalmente, hay que evitar, muchas veces, compartir la ubicación en redes sociales además de no compartir nuestra rutina o planes diarios con personas desconocidas.

“Otra medida que es muy importantes no abrir la puerta de nuestras casas a desconocidos, incluso, si nos llaman por nuestro nombre; hay que tratar de mantener alejados de nosotros a personas extrañas que se nos quieran acercar”, dijo al señalar que tampoco debemos permitir que personas desconocidas tomen fotografías a miembros de nuestra familia, a nuestros vehículos o cualquier cosa que nos identifique con ellos.

Añadió que en las salidas en familia hay que estar siempre juntos e interceder ante los gobiernos cuando se sospeche que se han presentado este tipo de situaciones y asegurarnos de que en el momento en que se presentó la desaparición, realmente hubo presencia o sospecha de que fueron elementos o herramientas de alguna institución de Seguridad Pública.

En este tema, el especialista resaltó la actividad y la presencia que tenemos a nivel nacional con el movimiento de las Madres Buscadoras que buscan no solamente a personas desaparecidas por el crimen organizado, la delincuencia organizada y el mismo Estado.

“Esto de la desaparición forzada es algo muy complicado y debemos cuidarnos mucho, mucho, sobre todo, porque interviene el Estado”, apuntó.