México no cuenta con ciudades de clase mundial, revela el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) y señala que nuestras mejores urbes "apenas son mediocres", mientras que las peores "se encuentran sin capacidad para reproducirse en el tiempo".

En el Índice de Competitividad Urbana 2007, elaborado por el Imco, se advierte que de las 71 ciudades que existen en el país, 15 presentan baja calidad y sólo nueve alta.

Las peores ciudades en calidad son: Acayucan, Coatza-Minatitlán y Poza Rica de Veracruz; La Piedad Michoacán, Moroleón-Uriangato y San Francisco del Rincón, en Guanajuato; Rioverde-Ciudad Fernández, San Luis Potosí; Macuspana y Cárdenas, en Tabasco, y Guaymas, Sonora.

En el estudio, el organismo dependiente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (CMHN) expone que Aguascalientes, Aguascalientes; Chihuahua, Chihuahua; Guadalajara, Jalisco; Ciudad Juárez, Chihuahua; La Paz, Baja California; Mérida, Yucatán; Monterrey, Nuevo León, y Reynosa-Río Bravo, Tamaulipas, son de la mayor calidad.

Las enormes diferencias entre las ciudades se debe a la calidad de sus gobiernos locales, la complejidad administrativa y los deficientes marcos legales e institucionales.

Según el índice del Imco, las urbes con más municipios tienden a ser menos competitivas, y en el caso del Valle de México sugiere que los costos de gestión superan a los de economías de escala.

Roberto Newell García, director del Instituto, resume que "apenas son mediocres nuestras mejores ciudades, mientras que las peores se encuentran sin capacidad para reproducirse en el tiempo".

Dice que el obstáculo para la competitividad de las urbes mexicanas es la falta de calidad de los gobiernos locales, "no tienen los recursos, ni las destrezas, ni las habilidades, ni la continuidad que les permita hacer bien las cosas".

Recomienda a los gobernantes "hacer bien la tarea", sobre todo en infraestructura y telecomunicaciones, mejorar el "capital humano" y los servicios de salud y educación, así como cuidar que el marco legal sea de calidad para resolver mejor los diferentes problemas.

En entrevista, Newell García señala que a nivel general de competitividad en este año México ha dado pasos muy lentos, por lo que difícilmente podrá revertir la caída de las dos posiciones en la materia que registró en 2006.

Las reformas a la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y la fiscal son importantes, pero insuficientes para hacer que el país eleve rápidamente su competitividad.

Incentivo

En su reseña del Índice de Competitividad Urbana 2007 advierte que para incentivar la eficiencia en la gestión pública de las ciudades y municipios se requiere de una reforma: la reelección de presidentes municipales.

Destaca que la competitividad en el país reside en 71 urbes, donde vive 60 por ciento de la población y se genera 90 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

En el índice se anota que cinco de siete ciudades se componen de dos o más unidades administrativas, lo cual dificulta que haya una coordinación necesaria entre autoridades para la competitividad.

De ahí que es necesario profesionalizar destrezas para administrar y dar continuidad al manejo de las ciudades, apunta, e insiste en la reelección de los alcaldes.

Para construir urbes competitivas es indispensable una coordinación intermunicipal (entre autoridades de dos municipios o más).

Entre los retos para el efecto están la planeación urbana, seguridad pública, operación de los registros público y civil, educación y salud.