• Hermosillo, Sonora, México a 2025-03-10  |  Año 29 No. 11    

Amigos y socios: ¿cómo superar un conflicto sin perderlo todo?


Nota publicada: 2025-03-10

La amistad, ese hilo invisible que entrelaza las vidas humanas, puede verse tenso e incluso roto por malentendidos que hieren, a veces de forma inesperada. Cuando un buen amigo se siente ofendido, el dolor puede ser mutuo, pero también puede ser una oportunidad para fortalecer la relación. ¿Cómo abordar una situación tan delicada con la empatía y el cuidado que merece cuando son socios y amigos?
Un aspecto inicial para considerar es que, dependiendo del tipo de malentendido, elegirás la vía para comunicarte. Muchos desencuentros con gente querida se producen por torpeza en la comunicación. Por ejemplo, los mensajes escritos en WhatsApp son muy frecuentemente malinterpretados. Lo aconsejable es la comunicación cara a cara, o, en su defecto, por videollamada, para poder tener más registro emociona y corporal con la otra persona.
El asunto es mucho más complejo cuando son socios en un proyecto o negocios: ahí todo adquiere otro cariz, ya que la condición societaria impone que deban abordar sí o sí los problemas; porque convivir sin dirigirse la palabra, rendirse cuentas o acercarse, no es algo viable en la mayoría de los casos. Aquí abordaremos el tema desde la amistad, porque, encaminado este aspecto, es posible continuar operando. En cambio, sin solución posible, quizás lo mejor sea que una parte absorba a la otra, y se disuelva la sociedad.
El arte de reconocer el problema entre amigos y sociosEl primer paso para sanar cualquier fisura en una relación es reconocer que existe. Ignorar los signos del conflicto, como una respuesta fría, un desaire, la falta de comunicación habitual o un cambio en el tono emocional, puede hacer que las heridas se profundicen. Por eso, un simple, pero poderoso gesto inicial es reconocer el malestar del otro:
“Parece que algo no está bien entre nosotros. Quiero entenderlo y arreglarlo.”
Este acto de apertura crea un espacio donde el afectado puede sentirse validado. Según estudios publicados en la revista Personality and Social Psychology Review, el reconocimiento de los sentimientos de los demás fomenta una mayor conexión y confianza en las relaciones interpersonales.
Saber escuchar bien: pilar del reencuentroUna vez que la puerta del diálogo está abierta, escuchar se convierte en la herramienta más poderosa. No se trata solo de oír las palabras del otro, sino de comprender sus emociones subyacentes. “La escucha activa es el corazón de la empatía”, afirma Carl Rogers, psicólogo humanista que transformó la comprensión de las relaciones humanas.
Permitir que la otra persona exprese sus sentimientos sin interrupciones ni juicios puede ser incómodo, especialmente si sentimos que hemos sido malinterpretados. Sin embargo, interrumpir con defensas o explicaciones puede agravar el conflicto, haciendo que el amigo ofendido sienta que su dolor no es válido.
La disculpa sinceraSi las palabras o acciones de uno han causado daño, una disculpa genuina no solo puede aliviar la tensión, sino también cimentar una relación más fuerte. El secreto está en la autenticidad y la especificidad. En lugar de una vaga declaración como “Si te sentiste mal, lo siento”, una disculpa efectiva podría ser:
“Lamento profundamente haber dicho lo que dije. Me doy cuenta de que fue insensible y no era mi intención herirte.”
Proponer soluciones y despejar el caminoReconstruir una amistad herida no se detiene en la disculpa; también implica tomar medidas para prevenir futuros conflictos. Preguntar al amigo cómo se puede enmendar el daño muestra un compromiso genuino con la relación. Esto podría ser tan simple como ajustar patrones de comunicación o tan complejo como reformular dinámicas profundamente arraigadas.
Además, no subestimes el poder de dar tiempo. Algunas personas necesitan espacio para procesar sus emociones antes de estar listas para la reconciliación. Respetar ese ritmo es esencial para construir confianza.
De fractura a fortaleza entre socios y amigosLos conflictos en la amistad, aunque incómodos, pueden convertirse en oportunidades para profundizar en la relación. Si ambas partes ponen su mayor esfuerzo en abordar los problemas con humildad, empatía y voluntad de aprendizaje, los amigos y socios pueden salir más unidos que antes.
La escritora Anaïs Nin lo resumió de manera magistral:
“Cada amigo representa un mundo en nosotros, un mundo que no nace hasta que llegan, y es solo por este encuentro que nace un nuevo mundo”.
A veces, ese mundo puede tambalearse. Pero con paciencia y cuidado, los puentes pueden reconstruirse, más fuertes y resilientes que nunca.
Al final, cuando la tormenta cede, la amistad puede emerger como un refugio aún más sólido, un recordatorio de que incluso en las relaciones más profundas, la imperfección es una oportunidad para crecer. Y la sociedad, recién, podrá florecer luego del conflicto.

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