A mediados de este año, parecía que Nike podría estar más lavada que un viejo par de Flyknits: el valor de la compañía se desplomó en 28 mil millones de dólares el 28 de junio luego de un desalentador informe de ganancias.

La empresa había invertido enormes recursos en iniciativas de marketing digital, alejándose de las estrategias de venta minorista en tiendas físicas y de la tecnología de zapatillas que hicieron de Nike un nombre conocido.

Luego, dejaron que el pasante tomara las decisiones. Bueno, el ex pasante. Elliott Hill asumió el cargo de director ejecutivo en octubre de manos de John Donahoe y fue recibido con un coro de celebraciones por parte de otros empleados que habían trabajado con él durante sus 30 años de permanencia en la empresa.

¿Qué problemas heredó? La venta directa al consumidor y las experiencias virtuales acapararon toda la atención durante varios años, pero alcanzaron su máximo auge… justo cuando las restricciones por la COVID-19 estaban terminando y la gente quería volver a comprar en persona. El cambio a lo digital le costó a Nike valiosas relaciones mayoristas y perdió espacio en las estanterías frente a competidores emergentes como Hoka y On Running.

Ahora… Hill tiene la tarea de recuperar la empresa centrándose nuevamente en los principios que la convirtieron en un gigante de la ropa deportiva : innovación tecnológica y marketing. —CC

fuente: morningbrew.com